Con el ascenso de las temperaturas y la llegada de la primavera la procesionaria del pino (THAUMETOPOEA PYTIOCAMPA) empieza a descender de los árboles en largas filas con el fin de enterrarse y permanecer en forma de pupa hasta los meses de verano, ese es el momento más peligroso para el ser humano y las mascotas.
La procesionaria del pino ya está aquí
A pesar de encontrarnos en febrero, sólo unos pocos días de temperaturas primaverales son suficientes para que empiecen a aparecer las primeras orugas. Se trata de la plaga más importante de los pinares mediterráneos y a su paso deja una desoladora estampa de pinos, cedros y abetos muertos. Las orugas, además de debilitar el árbol alimentándose de sus acículas, suponen un problema de salud pública. Por ello, se precisa el control de las plagas.
Cada oruga dispone a lo largo de su cuerpo de unos 500.000 pelos o tricomas especiales, son unos pelillos en forma de arpón que al clavarse y romperse en la piel inocula sustancias liberadoras de histamina. Para los seres humanos puede causar los siguientes problemas:
Problemas comunes |
Problemas ocasionales |
Urticaria |
Bronquios |
Lesiones cutáneas con picores y desazón |
Shocks anafilácticos |
Oculares |
Rinitis |
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Asma |
Igualmente suponen un peligro para algunos animales domésticos, sobre todo los perros, que se acercan a las hileras y pueden tragarse o inhalar involuntariamente los pelillos de las procesionarias.
BySAMA pone a la disposición una solución totalmente ecológica para el control de la procesionaria del pino. Al ser un sistema desprovisto de biocidas no produce ningún tipo de contaminación cruzada hacia otras especies.
Es una trampa diseñada para interceptar la procesionaria en su migración hacia el suelo entre Febrero – Abril según las climatología. Las orugas de la procesionaria quedan atrapadas, para luego poder ser eliminadas con seguridad.