Si bien los expertos afirman que la avispa asiática (Vespa velutina) raramente es agresiva con las personas, su respuesta natural cuando percibe peligro para su nido es atacar en grupo. Dada su rápida expansión por la geografia española, los encuentros inesperados con las cada vez más abundantes colonias de V. velutina son un peligro emergente especialmente para grupos profesionales como madereros, recolectores de fruta o apicultores.
La avispa asiática, un peligro emergente también para trabajadores agrícolas o forestales
Si hasta ahora hablabamos de la avispa asiática como un peligro para las abejas y el sector apícola o como un factor desencadenante de pérdida de biodiversidad, el fallecimiento de un hombre en el campo de Galicia hace pocos días, victima de las picaduras de avispas asiáticas, nos muestra una nueva dimensión del grave problema que representa esta especie invasora.
Esta enorme avispa, que puede alcanzar los 3cm de longitud, con cabeza y tórax negros y cara de color naranja, ha colonizado Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Cataluña y se ha detectado en Navarra, La Rioja, Castilla y León, Extremadura y Baleares. La cantidad de nidos se multiplica cada año y se estima que se expande en España a un ritmo de unos 50 kilómetros al año, buscando la humedad y las temperaturas suaves, lo que le acerca a las áreas urbanas y a la franja litoral.
En lo que va de año, los servicios de la Xunta han retirado 18.000 nidos de velutina en Galicia, una Comunidad que puso en marcha un programa de vigilancia y control de la V. velutina en el 2014. Con todo, no se ha conseguido frenar la expansión de la avispa, y el riesgo de la población de sufrir sus picaduras va en incremento.
También el responsable de la unidad de alergología del Complexo Hospitalario Universitario A Coruña (CHUAC) afirma que de las consultas realizadas en la sección de alergias este año por reacción a himenópteros ( abejas, avispas), más o menos la mitad han sido por V.velutina, por lo que se constata un incremento muy notable en peticiones de consulta.
La avispa asiática pulula con frecuencia cerca de los humanos sin prestarles especial atención y a veces anida cerca de lugares habitados sin que su presencia haya tenido consecuencias. Pero la situación cambia totalmente cuando las avispas sienten que su nido está en peligro. Toda la colonia se lanza entonces a protegerlo.
Hace pocos días, un vecino de O Porriño (Galicia) falleció al talar un manzano en el que habia un nido de velutinas, que no habia visto. Al derribar el árbol cayó el nido y se rompió, el hombre sufrió numerosas picaduras de las avispas y lamentablemente murió por una reacción alérgica.
La avispa asiática no es, según los expertos, más peligrosa que una autóctona, y su picadura tampoco lo es, aunque sí es cierto que, al ser mayor de tamaño, la cantidad de veneno que inocula al picar puede ser también mayor. Su pinchazo es muy doloroso, pero salvo en el caso de personas alérgicas, una sola picadura no debería tener más consecuencias que el dolor y la hinchazón y enrojecimiento de la zona afectada.
Pero cuando una velutina pica a una persona alérgica pueden aparecer síntomas más graves, como fiebre, bajada de la tensión arterial, problemas respiratorios, problemas cardiovasculares, e incluso puede llegar a causar la muerte por shock anafiláctico. Esto también puede ocurrir en caso de que una misma persona reciba varias picaduras, una circunstancia frecuente en caso de que las avispas sientan que su nido está amenazado.
Responsables de Emergencias en Galicia recomiendan extremar las precauciones antes de actuar en los árboles; avisar y revisar los árboles a fondo antes de trabajar en ellos. Asimismo, proponen cambiar hábitos en el campo y realizar los desbroces en las fincas entre enero y abril, porque la actividad de la V. velutina en esos meses es prácticamente nula y es muy poco probable que se encuentren un nido. Si lo hacen después, el riesgo de que aparezca un nido aumenta y, consecuentemente, el riesgo de sufrir un ataque de las avispas.
Madereros y recolectores de fruta son actividades especialmente peligrosas y quienes las realicen deben deben protegerse con trajes especiales. No se recomiendan las vestimentas normales de apicultor, puesto que, como la avispa asiática tiene el aguijón más grande, atraviesa esos tejidos. Existen trajes especiales, con tejidos más gruesos. Los apicultores también se ven obligados a convivir con esta especie, gran depredadora de abejas. En este sector, el perjuicio es doble: por una parte, la pérdida de colmenas que ocasiona la avispa asiática; por otra, la posibilidad de recibir picaduras.
Fuente: La Voz de Galicia e Higiene Consulting