El control de ratas en las ciudades podria beneficiarse de una nueva estrategia para detectar, cuantificar, mapear y monitorizar la presencia de ratas y ratones el alcantarillado, basada en el análisis de las aguas residuales mediante espectometria de masas. Esta propuesta ha surgido en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona/CSIC.
Control de ratas en el alcantarillado
Las aguas residuales pueden aportar mucha información sobre un entorno urbano. Por ejemplo, monitorizar la epidemiología de una enfermedad infecciosa o el consumo de drogas de sus habitantes. En el futuro, podrían ser también una herramienta para el control de plagas urbanas, concretamente de las ratas que habitan en la red de alcantarillado de los centros urbanos.
El pasado mes de octubre se celebró en Barcelona el "18º Congreso Anual sobre Espectrometría de masas de alta resolución (HRMS) y aplicaciones Lc-Ms/Ms en análisis ambiental y seguridad alimentaria", en el que Montserrat Carrascal, investigadora del Instituto de Investigaciones Biometricas de Barcelona (IIBB-CSIC), presentó el estudio que lidera sobre el análisis de proteinas disueltas en las aguas residuales urbanas para vigilar las plagas de roedores en las alcantarillas.
Las alcantarillas de las ciudades son escenario habitual de infestaciones de Rattus norvegicus, que representan un peligro para la salud pública ya que pueden transmitir enfermedades infecciosas a través de bacterias de las que pueden ser portadoras, como Salmonella, Listeria monocytogenes o Yersinia enterocolítica. Dado que además las ratas tienen una gran capacidad de adaptación y de reproducción, vigilarlas y controlarlas es una necesidad.
Según explica Montserrat Carrascal, actualmente se utilizan diversas estrategias para para la vigilancia de esta plaga, que generalmente se basan en el recuento de roedores en tramos del alcantarillado y su extrapolación a la población total. El número de ratas en las grandes ciudades suele expresarse como la cantidad de roedores por habitante, por ejemplo en Barcelona se estima que puede haber una rata por cada habitante o en Nueva York se habla de 10 ratas por cada habitante. Sin embargo, no existe un método estandarizado para determinar el número, estimar la densidad o entender la dinámica de las poblaciones de ratas urbanas.
Proteómica ambiental para la vigilancia de las ratas
En el estudio liderado por Carrascal se ha desarrollado una estrategia que utiliza las aguas residuales para la detección y cuantificación de roedores, que se basa en la detección de proteínas específicas de las ratas.
El estudio parte de las aguas residuales recolectadas en depuradoras. El agua es filtrada en el laboratorio para obtener las proteínas que están disueltas en ella y posteriormente estas proteínas son concentradas.
Mediante la espectrometría de masas es posible identificar las proteínas y diferenciar si son de ratas, gracias a los excrementos de los roedores que quedan en las aguas residuales del alcantarillado.
Las heces de rata contienen proteínas segregadas por el páncreas para el proceso de digestión, las amilasas pancreáticas. La detección de estos enzimas en las aguas residuales indica la presencia de animales vivos y su cuantificación podría permitir monitorizar el aumento o la disminución de heces en las muestras.
El proyecto se encuentra justo en su punto de partida y actualmente es posible detectar roedores pero no es posible cuantificar su abundancia. Aunque si que sería posible realizar un mapa analizando agua de diferentes puntos de la ciudad para saber donde hay más o menos población de ratas.
Esta vía de investigación aportaría una nueva herramienta para prevenir y controlar la expansión de las infestaciones de ratas en núcleos urbanos, un problema que va en aumento.